"Haber asistido a la demolición del franquismo desde Triunfo ha valido más que todos mis premios".
JUAN CRUZ - Madrid - 22/02/2010
Era un grande del oficio, y este libro (La construcción de un columnista. Obra periodística, 1960-1973. Debate) es un tesoro que traza un retrato de la ingente obra periodística de Manuel Vázquez Montalbán (MVM), que superó los 9.000 artículos. Escribió, desde 1960 hasta 2003, cuando murió en Bangkok a los 64 años, entrevistas, crónicas, análisis internacionales, columnas... Y jamás falló, siempre al pie del cañón. Una vez se le extravió una columna (para EL PAÍS, donde colaboró desde los ochenta). Pero jamás dejó colgado a un redactor jefe.
Marsé tiene la memoria fresca de quien, tras la primera entrevista, en 1960, sería ya su amigo. "Puse una botella de coñac en medio, yo iba muy serio y él sonreía; probablemente ante mi solemnidad. Se daba cuenta de lo novato que era yo, y aunque él también era novato tenía un bagaje increíble de cultura". Le dijo de coña Marsé: "¿Te das cuenta de que escribes en un periódico del Movimiento?". Y MVM le espetó en seguida: "Toda la prensa en este país es del Movimiento".
Vázquez Montalbán fue encarcelado. Y en prisión escribió su Informe sobre la información. Su mujer, Anna Sellés, le recuerda, como Marsé, y como Salgado, "rompiendo costuras, mezclando la alta cultura con la cultura popular, el fútbol con la poesía, y la poesía con la política". Tenía "precisión y solvencia", dice Marsé. "En 10 minutos fabricaba un artículo de fondo sobre política internacional", recuerda el novelista de Encerrados con un solo juguete, con quien fundó Por favor.
Manuel Vázquez Montalbán (en el centro, en primera fila) asiste, junto a otros periodistas,
a la primera conferencia de prensa de Santiago Carrillo en España tras morir Franco.-
TINO CALABUIG
Raimon también le conoció, como Antonio Franco, conspirando. Pero 10 años antes, en 1963. Le entrevistó, cómo no, entrevistó a todo Dios. "Yo había publicado Al vent y él había publicado Informe sobre la información. Cuando nos juntamos él pensaba si yo era tan verdadero y yo pensaba si lo era él... Él era un chico de izquierdas, con un escepticismo fuerte frente a los entusiasmos, muy lúcido. No era simpático ni quería seducir, ni era esquemático. Pero te miraba y desnudaba tus respuestas"
Para Serrat, fue "un referente, hasta hoy". Se movía "con tanta facilidad" en "aquella ensalada que vivíamos, en la que todo parecía tan fragmentado... No se negaba a ninguna de las tentaciones: el fútbol, la cocina, la política... Y lo hacía todo bien y de una manera urgente...
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