"He tocado el piano en una casa de putas. He sacado papeles secretos de Rusia clandestinamente. He enseñado a toda una pandilla de gánsteres a jugar al pincha-pellizca [...]. Me he sentado en el suelo con Greta Garbo, he cabalgado con el príncipe de Gales, he jugado al pimpón con George Gershwin. George Bernard Shaw me ha pedido consejo...".
"A mis 13 años, descubrí que algunas tiendas del vecindario estaban pagando un penique por gato. No recuerdo por qué. Me convertí en empresario. Groucho y yo estrenamos en el sótano el popular sketch del tío Al, Quo Vadis patas arriba. Precio de admisión: un gato. Fue mi primera actuación pública. Ingresamos siete gatos en taquilla, pero obtuvimos unas ganancias netas de solo cuatro centavos. Tres gatos se escaparon. Bueno, así es el negocio del espectáculo".
"Corrí al escenario y empujé a Chico fuera del taburete del piano y empecé The holy city, en la variación de marcha rápida. Groucho me sacó de allí de otro empujón. Chico sacó a Groucho. Yo empujé a Chico. A lo largo de toda la absurda ronda, el piano siguió sonando y Groucho siguió cantando La donna è mobile en un italiano con doble sentido. El teatro se vino abajo".
Adolph Marx, "Harpo"
GREGORIO BELINCHÓN
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