Su nombre deriva supuestamente de lupus (lobo), animal que representa a Fauno Luperco, e hircus (macho cabrío). Fueron instituidas en honor de Pan Liceo (también llamado Fauno Luperco, el que protegía del lobo).
Un cuerpo especial de sacerdotes, los Lupercos o Luperci eran elegidos anualmente entre los ciudadanos más ilustres de la ciudad, que debían ser en su origen adolescentes que sobrevieron de la caza y el merodeo en el bosque durante el tiempo de su iniciación en la edad adulta, lo que por aquel entonces era un tiempo sagrado y transitorio en que se comportaban como lobos humanos. Se reunían el 15 de febrero en la recientemente encontrada gruta del Lupercal (más tarde llamada Ruminal en honor a Rómulo y Remo) en el monte Palatino.
Bajo la sombra de la venerable higuera Ruminalis celebraban el sacrificio de un perro y de un macho cabrío, animales considerados impuros. Después se tocaba la frente de los luperci con el cuchillo teñido con la sangre de la cabra y a continuación se borraba la mancha con un mechón de lana impregnada en leche del mismo animal. Éste era el momento en que los lupercos prorrumpían en una carcajada de ritual. Luego cortaban la piel de los animales sacrificados en tiras llamadas februa (que junto con la deidad sabina Februo, y el sobrenombre de Juno, Februalis, la que purifica, son los posibles candidatos a darle nombre al mes de Febrero). Con este aspecto y casi desnudos, sólo tapados con unas tiras de cuero, salían alrededor del monte Palatino donde golpeaban a todos los que encontraban a su paso. El ser azotado por las tiras de cuero de los luperci equivalía a un acto de purificación.
Para las mujeres, este rito aumentaba su fertilidad poniéndoles las carnes de color púrpura. Éste color representaba a las prostitutas de la época, en particular las que ejercían la prostitución sagrada con los lupercos en el Ara Máxima, también llamadas lupas o lobas. De este color vistió Helena de Troya para ofender a su marido Menelao, que como todos los reyes de la época, trataban como una esclava a sus mujeres. Hoy en día es color del feminismo.
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