Dante Gabriel Rosetti - Juana de Arco
Hace tiempo que en muchos de los mejores museos del mundo los únicos hombres del personal son el director y los guardias de seguridad. Eso sin contar a la mayoría de sus visitantes, una legión de mujeres solas o en compañía de otras u otros a los que han arrastrado con ellas.
La exposición Heroínas llenará el Museo Thyssen-Bornemisza de belleza y poder desde el 8 de marzo hasta el 5 de junio. Estas chicas vienen al Thyssen precisamente por haber sacado los pies del tiesto. No son, como casi siempre en los cuadros, el reposo del guerrero. Las guerreras son ellas. Aunque su batalla consista en cargar sobre la cerviz un ánfora de agua, como todas esas cariátides anónimas que sostienen la sociedad sobre su columna.
Gustav Henning - Mujer leyendo
Puede que su pelea sea íntima y se reduzca a conquistar el espacio de libertad que supone entregarse a la lectura o la introspección en medio del caos. O a ejercitar su cuerpo para enfrentar un reto físico. O bélico. O abandonarse a la ebriedad del alcohol. O del sexo. O al éxtasis espiritual o intelectual. Estas heroínas pueden parecer sumisas por fuera, pero son libres por dentro. Activas, fuertes, independientes, fronterizas, posesas, locas de atar incluso. Fuera de control, en todo caso. Del de los hombres y a veces hasta del suyo propio. O sometidas por la fuerza o por ley de vida, pero no a su disposición.
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