martes, 30 de marzo de 2010

Denisovanos, ¿nueva especie?

MALEN RUIZ DE ELVIRA - Madrid - 25/03/2010
Unos homínidos que vivieron en Asia central hace unos 40.000 años eran los descendientes de una oleada migratoria desde África hasta ahora desconocida, aseguran científicos europeos. "Una criatura que no conocemos trajo este linaje desde África y lo hizo hace menos de un millón de años", explica Svante Pääbo , el más prestigioso especialista en ADN antiguo y director del trabajo que publica la revista Nature.




Vista actual desde la cueva de Denisova, en Siberia.- JOHANNES KRAUSE




Estas sorprendentes conclusiones derivan del análisis genético de un fragmento del dedo pequeño de una mano infantil, de un niño o niña que vivió entre 48.000 y 30.000 años atrás en Siberia.

Este análisis, si se confirma, sitúa definitivamente a la genética como auxiliar imprescindible de la paleontología, al menos para la época más reciente. Además, abre la vía para catalogar centenares de fósiles humanos no identificados con seguridad hasta ahora, especialmente en Asia, y conocer mejor la evolución humana.



El dedo meñique y su molécula
JUAN LUIS ARSUAGA 25/03/2010


Cuando un paleontólogo encuentra una nueva especie fósil (o sea, extinguida), se pone muy contento. Ha logrado devolver a la vida a un ser del que no se tenía noticia y que ya no está entre nosotros. Gracias a la nueva especie se aclararán -piensa- algunos problemas evolutivos.

Como cada especie lleva también añadido el nombre de su creador (se dice así, pero solo es el descubridor, las especies son un producto de la evolución), hay un buen premio para el trabajo bien hecho. No digamos nada si la nueva especie es de homínido (u hominino, como se dice ahora, aunque suene algo gatuno) y pertenece a nuestra propia rama del árbol de la vida.

Todo eso ha ocurrido con un fósil procedente del mismísimo centro de Asia, de una cueva en los montes Altai en el sur de Siberia. No es un neandertal, concluyen los autores de un estudio publicado hoy en Nature. Tampoco corresponde a un humano moderno, es decir, como nosotros.

Pero los autores del trabajo no han creado una nueva especie de hominino, pese a todo, y quizás se deba a que se han encontrado en una situación realmente curiosa. El nuevo fósil... es una molécula. O casi, porque en el artículo se habla del ADN mitocondrial extraído de una falange distal -la de la uña- del dedo meñique. La diferencia genética entre el individuo al que pertenecía ese dedo meñique y los humanos actuales es el doble que la que existe entre los neandertales y nosotros. Los autores calculan que la línea que conduce al fósil de la cueva Denisova se separó hace un millón de años de la línea que luego se dividiría en dos, la que lleva a los neandertales y la nuestra. Es una fecha interesante, y habrá que darle vueltas al tema, porque precisamente en Atapuerca tenemos fósiles humanos de hace algo más de un millón de años y otros de hace algo menos de un millón de años. ¿Serán sus antepasados?

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