lunes, 29 de noviembre de 2010

Novelar






"Entonces, joven, vive la vida ante todo. Bebe abundante leche de la ubre de la vida para nutrir tus futuras creaciones. ¿Dices que quieres escribir buenas novelas? Hazme caso entonces y embárcate en algún puerto. Recorre el mundo ganándote el sustento con modestas ocupaciones, y soporta la pobreza. No te apresures a tomar la pluma. Sométete al dolor y al sufrimiento. Aprende con las miles de personas que encuentres a tu paso. Y cuando te doy estos consejos, quiero decir que jamás trates de esquivar la angustia que te ocasionen los demás o las adversidades que tengas que experimentar para hacerlos felices. (...) ¿Quieres escribir buenas novelas? ¡Óyeme bien, entonces! Antes que nada, trata de olvidar ese deseo. Emprende un viaje sin pensar en un rumbo fijo. Agudiza la vista, el oído, el olfato y el apetito. Espera con el corazón abierto. Tal como hizo Cervantes."

La misión de la literatura.
(Georges Duhamel, citado por Kenzaburo Oé)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La represión franquista en Guadalajara

"A mi padre lo fusilaron el 20 de junio de 1939 y después le pusieron una multa de 14.000 pesetas [84 euros] por responsabilidades políticas. Como no las teníamos, nos embargaron. Vinieron a casa y se lo llevaron todo. Con la colcha de novia de mi madre hicieron un palio para el cura; rasgaron los colchones por si teníamos dinero. Nos dejaron en la calle. Yo tenía nueve años, pero no se me olvidará en la vida", cuenta Emilia Cañadas, que ahora suma 82. La de su padre, Antonio, alcalde de Guadalajara al inicio de la Guerra Civil, es solo una de las terribles historias recogidas en La represión franquista en Guadalajara (Ediciones Silente).

Multado después de fusilado



Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica



Coraje sin recompensa

viernes, 19 de noviembre de 2010

Bansky






Bristol







Londres









Melbourne









Blur







Los Ángeles














Palestina







San Sebastián

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Harpo






"He tocado el piano en una casa de putas. He sacado papeles secretos de Rusia clandestinamente. He enseñado a toda una pandilla de gánsteres a jugar al pincha-pellizca [...]. Me he sentado en el suelo con Greta Garbo, he cabalgado con el príncipe de Gales, he jugado al pimpón con George Gershwin. George Bernard Shaw me ha pedido consejo...".

"A mis 13 años, descubrí que algunas tiendas del vecindario estaban pagando un penique por gato. No recuerdo por qué. Me convertí en empresario. Groucho y yo estrenamos en el sótano el popular sketch del tío Al, Quo Vadis patas arriba. Precio de admisión: un gato. Fue mi primera actuación pública. Ingresamos siete gatos en taquilla, pero obtuvimos unas ganancias netas de solo cuatro centavos. Tres gatos se escaparon. Bueno, así es el negocio del espectáculo".

"Corrí al escenario y empujé a Chico fuera del taburete del piano y empecé The holy city, en la variación de marcha rápida. Groucho me sacó de allí de otro empujón. Chico sacó a Groucho. Yo empujé a Chico. A lo largo de toda la absurda ronda, el piano siguió sonando y Groucho siguió cantando La donna è mobile en un italiano con doble sentido. El teatro se vino abajo".
Adolph Marx, "Harpo"
GREGORIO BELINCHÓN

domingo, 14 de noviembre de 2010

Esquilo





Crátera de figuras rojas atribuida al pintor Euménides. Representa la purificación de Orestes en el Templo de Delfos donde se refugió huyendo de las Erinias por haber matado a su madre Clitemnestra para vengar la muerte de su padre. Orestes aparece aún con el puñal en la mano. Detrás está Apolo con una rama de laurel en una mano y en la otra un cerdito en gesto de purificación. 380-370 aC.
Museo del Louvre





Orestes, de acuerdo con la tradición anterior, debía verse sometido a la férrea ley de la sangre y la venganza, de modo que, como autor de la muerte de su madre Clitemnestra, tenía que pagar el precio de la implacable norma oscura: él había matado a su madre como cobro del parricidio cometido por ésta en la figura del padre, Agamenón; éste, a su vez, había sucumbido para expiar el filicidio de su propia hija, Ifigenia, sacrificada para favorecer a la expedición griega contra Troya. Sangre, venganza y sangre otra vez: la férrea cadena que comunica los odios, deseos y ambiciones de las estirpes y los clanes.

Orestes, en consecuencia, de acuerdo con esta ley debía morir, pagando así la irreversible deuda contraída. Sin embargo, en un giro espectacular desde el punto de vista cívico y espiritual, Esquilo resuelve salvar a su héroe. Orestes, en lugar de ser juzgado y condenado en el recinto interior de la sangre, es presentado ante el tribunal de Atenas, el Aerópago. Al valorar la actuación del desgraciado descendiente de un linaje maldito el jurado divide sus votos, estableciéndose un empate entre los partidarios y contrarios del ajusticiamiento del héroe. Con suficiente simbolismo Esquilo hace que Palas Atenea, patrona de la ciudad, ejerza su voto de calidad como presidenta del tribunal para absolver a Orestes y romper, de este modo, la cadena de la venganza. Desde ese momento, las Erinias, las negras deidades portadoras de la venganza, se transforman en las Euménides, diosas benevolentes y protectoras de una comunidad fundamentada en la ley cívica. Únicamente atendiendo a este revolucionario final de la Orestíada ya deberíamos recordar a Esquilo como el poeta de la joven democracia ateniense, el primero que propuso sustituir las complicidades de la tribu y el clan por los principios jurídicos de una ciudadanía libre.

Orestes y la mafia
RAFAEL ARGULLOL

jueves, 11 de noviembre de 2010

lunes, 8 de noviembre de 2010

Traceología


Afiladores de hace 75.000 años









La técnica para fabricar cuchillos afilados de piedra, aplicando una presión controlada en los cantos, fue desarrollada hace unos 75.000 años, es decir 55.000 años antes de lo estimado, según un artículo publicado en la revista estadounidense "Science" (volumen 330, página 659), en base al análisis de objetos arqueológicos hallados en la cueva de Blombos en Sudáfrica.

Hasta ahora, los arqueólogos sostenían que la técnica había surgido en Europa occidental hace unos 20.000 años.

La técnica, denominada "Pressure-Flaking", consiste en presionar sobre una piedra en bruto sobre los cantos con un hueso de un animal u otra herramienta, de modo tal de eliminar finas escamas de piedra. De esta manera se lograban cantos muy afilados.

Los autores especulan que una aproximación flexible a la tecnología en esta región podría haber conferido una ventaja a los grupos de humanos que emigraban fuera de África a partir de hace alrededor de 60.000 años.


EL MUNDO / AGENCIAS











sábado, 6 de noviembre de 2010

Pedro Pablo






La figura de Peter Paul Rubens (1577-1640) es tan contundente como algunos de sus cuadros. La Adoración de los Magos, por ejemplo, un lienzo de casi cinco metros en el que el artista flamenco se autorretrató con espada y cadena de oro. Él había pintado una versión más pequeña de la obra en 1609 y veinte años después retocó algunas figuras y añadió otras, entre ellas a sí mismo. El gesto, nada gratuito, tenía su fundamento: para entonces era, de lejos, el pintor más admirado del planeta.

Un mundo que entre los siglos XVI y XVII vivía su gran crisis y la explosión del primer capitalismo después de que el oro que llevaba cien años llegando desde América facilitara la construcción de palacios cuyas paredes había que llenar con arte. Los tapices eran muy caros y los artistas se vieron inmersos en una suerte de producción semi-industrial de pintura.

En ese escenario triunfó Rubens, que ocupó el trono vacante desde la muerte de Rafael y convirtió su taller en una factoría en la que llegaron a trabajar hasta 25 ayudantes, algunos tan ilustres como Van Dyck. En una carta a un noble británico que requería sus servicios revela que las telas pintadas enteramente "de su mano" costaban el doble que aquellas en las que su participación se limitaba al boceto o los retoques.

Se convirtió en un profesional reconocido que hablaba seis idiomas, ejercía como coleccionista y diplomático -llegó a negociar un tratado de paz entre Inglaterra y España- y se construía en Amberes una casa a la altura de su enorme colección particular, la vivienda de alguien digno de compartir escena con Melchor, Gaspar y Baltasar.

JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - EL PAÍS - Madrid - 05/11/2010

viernes, 5 de noviembre de 2010

jueves, 4 de noviembre de 2010

Ley Seca

La madrugada del 16 de enero de 1920 la gente se reunió en Times Square para despedirse del alcohol. Al día siguiente entraba en vigor la 18 enmienda a la Constitución de EEUU por la que se prohibía su consumo. Dos años antes, Gettler escribía en la revista especializada JAMA: "La prohibición por nuestro Gobierno de la fabricación de licores destilados llevará sin duda a la adulteración clandestina".

En efecto, desde entonces y hasta el levantamiento de la prohibición, se produce una especie de guerra química entre el Gobierno y un nuevo actor surgido a la sombra de la Ley Seca, la mafia. Si el primero adulteraba el alcohol industrial, la otra lo redestilaba para venderlo.

El único alcohol que podía elaborarse en suelo estadounidense era el industrial. Desde 1906, los fabricantes estaban obligados a desnaturalizarlo añadiéndole otras sustancias, como el metanol que es capaz de dejar ciega y hasta matar a una persona, para evitar las tasas que tenían las bebidas alcohólicas.

Pero de los 300.000 millones de litros que el Gobierno autorizaba cada año para hacer refrigerante, perfumes o disolventes, unos 40.000 millones se perdían por el camino. Los mafiosos aprendieron a revertir el proceso. Químicos contratados por el hampa redestilaban las partidas robadas en las fábricas para alimentar la demanda de ginebra y whisky de las decenas de miles de garitos clandestinos que poblaban toda la geografía. Sólo en Nueva York se localizaron más de 35.000.

Al principio era relativamente fácil. El Gobierno obligaba a mezclar cien partes de alcohol etílico con dos de metílico. El primero hierve sobre los 68 grados, el segundo un poco antes, a los 65. De esta manera, con el instrumental adecuado, conseguían evaporar el metanol, dejando el etanol listo para ponerle aroma a ginebra, algo de azúcar para el ron o un colorante en el caso del whisky.

El departamento del Tesoro, responsable de hacer cumplir la prohibición, se vio obligado a idear nuevas fórmulas para impedir el consumo de alcohol. Hasta 70 recetas diferentes ensayó, cada una más peligrosa que la anterior. Usaron acetona, bisulfato de quinina, queroseno o ácido carbólico.

Pero las muertes por alcoholismo empezaron a subir. El propio Charles Norris empezó a elaborar estadísticas de muertes por consumo de alcohol y convocar conferencias de prensa para darlas denunciando el "ensayo de exterminación" que estaba llevando a cabo el Gobierno. En 1926, según sus datos, murieron 11.700 personas por beber alcohol en EEUU. El problema era que por entonces no se sabía detectar sus restos en el cuerpo y, lo que es más importante, averiguar si el fallecido lo había sido por tomar demasiado o por beber alcohol adulterado con algún veneno.

Según estimaciones de la autora, 10.000 ciudadanos estadounidenses murieron por beber alcohol adulterado por orden de su Gobierno. "Miles más murieron por beber varias formas de licores clandestinos o, directamente, alcohol industrial", añade.

Al consultar la prensa de la época, como The New York Times o el Daily Record, tanto la oposición demócrata como la prensa liberal acusaron al Gobierno de estar detrás del envenenamiento. Hasta en tres ocasiones, los demócratas (en su mayor parte adheridos al bloque húmedo, como se conocía a los pro alcohol) votaron mociones contra la provisión de fondos para adulterar el alcohol industrial. Pero estaban en minoría. No fue hasta noviembre de 1932, cuando Franklin D. Roosevelt ganó las presidenciales y aseguro que los días felices "han regresado": la Ley Seca se había acabado.

Miguel Ángel Criado - Cómo la Ley Seca creó la ciencia forense
Deborah Blum - Poisoner's Handbook (El manual de los envenenadores, aún no editado en España)




Lindo y querido - Almudena Grandes

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Antropoides, ¿africanos o asiáticos?





El descubrimiento de varias especies de primates antropoides del Eoceno en Libia desafía la teoría de que los primates superiores (entre los que se incluyen los monos y los hombres) se originaron en África. El espectacular hallazgo se ha publicado en Nature.

El origen de los antropoides, los primates en los que se incluyen los humanos, los monos y los grandes simios, no se conoce nada bien.

Unos dicen que estos se originaron en África en el Cretácico, mientras que otros creen que aparecieron primero, y más recientemente, en Asia, desde donde se dispersaron llegando a África.

Los hallazgos de Libia se datan en hace entre 38 y 39 millones de años y añaden nada menos que cuatro grupos de primates de muy pequeño tamaño a los antropoides conocidos.

"Si nuestras ideas son correctas -afirma Christopher Beard, coautor del estudio- esta colonización de África por parte de los antropoides fue un evento realmente crucial, uno de los puntos clave de nuestra historia evolutiva. En aquel tiempo, África era un continente-isla. Y cuando esos antropoides aparecieron, no había nada en esa isla que pudiera competir con ellos, e iniciaron un periodo de florecientes divergencias evolutivas entre los antropoides, uno de cuyos linajes desembocó en los seres humanos. Si nuestros primeros antepasados antropoides no hubieran tenido éxito en su migración de Asia a África nosotros, sencillamente, no existiríamos".

"Este extraordinario nuevo yacimiento de Libia nos muestra que en el Eoceno medio, hace 39 millones de años, ya existía una sorprendente diversidad de antropoides viviendo en África, y no se conoce ningún antropoide africano anterior a ese tiempo. Esta súbita aparición de una tal diversidad sugiere que esos antropoides probablemente colonizaron África desde cualquier otro lugar. Sin evidencias de fósiles más primitivos en África, hemos desviado nuestra mirada hacia Asia, como el lugar más probable en el que esos animales evolucionaron".

ABC

EL PAÍS


martes, 2 de noviembre de 2010

Día de "Todos" los Difuntos


Antígona
MANUEL VICENT - EL PAÍS 1/1/10


Es muy dulce el sol de las ánimas. El día primero de noviembre la gente lleva al cementerio las flores carnosas de los pensamientos, pero debajo de esa luz suave que ilumina la memoria de los muertos, en España sigue vigente el mito de Antígona. Es todavía nuestra tragedia. Durante setenta años, desde el final de la Guerra Civil, decenas de miles de españoles están enterrados en cunetas y barrancos. Fueron vencidos, humillados, ejecutados y hacinados en fosas comunes. Todo el suelo de la patria está fermentado de cadáveres que aún siguen gritando como lo hicieron un segundo antes de recibir una descarga de plomo. Es el mismo grito, son las mismas lágrimas. Antígona sacrificó su vida por dar honrada sepultura a su hermano para que su alma no vagara sobre la tierra en busca de venganza sin encontrar reposo. Desde entonces existe la creencia de que es imposible la paz entre los vivos mientras no estén sosegados todos los muertos. El rito funerario está unido al primer acto de piedad que sintió el homínido, hace 130.000 años, y fue la señal de que el germen de la conciencia se había implantado en su cerebro. Este hecho religioso coincidió con la fabricación de la primera hacha de sílex, que sirvió para matar. Más allá de la Guerra Civil y de la política de uno u otro bando, el que después de treinta años de democracia y de libertad haya decenas de miles de cadáveres en sepulturas innominadas supone la degradación más evidente de una conciencia colectiva. Puede que las almas, cuando abandonan los cuerpos, vayan a formar parte de la energía universal y constituyan el espíritu de la materia o puede que se disuelvan en la nada, pero aquellas que un día animaron los despojos de los vencidos en la Guerra Civil están todavía presentes en la vida política alimentado odios y resentimientos, y también una piedad que viene de la noche de los tiempos. Durante millones de años los cadáveres quedaron a merced de las alimañas sobre la piel de la tierra. Hubo un momento en que un primate se dio cuenta de que eso mismo que hacían los buitres con las vísceras de otro, un día lo harían con las propias entrañas y decidió el primer enterramiento sagrado. Es muy cruel que familias españolas deban asimilar todavía las flores para sus muertos a un recuerdo envenenado.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El público prefiere...