sábado, 23 de diciembre de 2017

Fandango. Boccherini


Luigi Boccherini
(Lucca 1743 - Madrid 1805)

sábado, 11 de noviembre de 2017

Art Thinking. Transformar la educación a través de las artes


En la pedagogía tradicional el esfuerzo está asociado al dolor, al malestar, y a la idea de que adquirir conocimiento tiene que ver con la ansiedad, el miedo o la evaluación.

Los colegios son el primer freno con el que se encuentran los niños. Los programas educativos priman materias como las matemáticas y arrinconan las más artísticas como la música o el dibujo, bajo el pretexto de que no son útiles a la hora de encontrar un empleo. La escuela mata la creatividad.

Las profesoras universitarias María Acaso y Clara Megías han desarrollado una nueva metodología para darle la vuelta a la forma de dar clase. Su propuesta es incorporar el arte en la educación para generar placer y de esa forma conseguir que el esfuerzo y la constancia aparezcan de forma automática.

Su método, al que han llamado Art Thinking, tiene como base los descubrimientos de la neuroeducación, que estudia cómo aprende el cerebro, y cuyo principal hallazgo es que para que se produzca el aprendizaje es necesario encender una emoción, despertar la curiosidad del estudiante. Para ello, su metodología se inspira en los procesos de creación de arte.

En su libro, las dos profesoras desarrollan los cuatro puntos clave de esa nueva metodología: pensamiento divergente, incorporación del placer, alumnos y profesores como productores de contenidos y trabajo colaborativo y por proyectos.

"En la escuela se aprende a través de la memorización, sin pensar. La gente llega a la edad adulta y no sabe pensar por sí misma, se han dedicado a reproducir lo que dicen otros. Es cierto que necesitamos información en nuestra memoria, pero hay que cambiar el proceso por el que nos llega".

Investigar y analizar por uno mismo. Cuestionar lo que se da como cierto. Eso es lo que hace el arte.

Profesoras contra la pedagogía tóxica @ELPAÍS - MADRID

martes, 31 de octubre de 2017

Lutero, padre del nacionalismo germano

Dice la leyenda que el 31 de octubre de 1517 el monje agustino Martín Lutero (1483-1546), escandalizado por el vergonzoso espectáculo que la Iglesia ofrecía e indignado por la venta de indulgencias, clavó en las puertas de la iglesia de Wittenberg las 95 tesis que desafiaban el poder de Roma. Se cumplen por tanto 500 años y Alemania está celebrando con fasto este aniversario.

El cisma luterano es la manifestación de un problema político. A través de él se expresa el nacionalismo germánico de la primera hora y por eso Martín Lutero es celebrado y exaltado en Alemania cada vez que a ese nacionalismo le sube la temperatura. En 1983 pasó sin pena ni gloria en la RFA el quinto centenario del nacimiento de Martín Lutero, que tan festejado fue en tiempos de Bismarck. En 1883 el emperador Guillermo I encabezó el desfile del cuarto centenario del nacimiento de Martín Lutero en Eisleben.


Martín Lutero. Lucas Cranach, 1526
Nationalmuseum, Estocolmo 



Para que el héroe Lutero exista tiene que haber un monstruo al que él se enfrente. El relumbrón germánico ha necesitado siglo tras siglo como condición sine qua non para su exaltación que el sur mediterráneo sea oscuro y atrasado, inmoral y decadente, vago y poco fiable. Es en tiempos de Lutero cuando el adjetivo welsch —una denominación geográfica poco precisa para referirse al sur— pasó a significar latino o románico, y malvado e inmoral al mismo tiempo.

La “libertad luterana” no resiste una mirada cercana y libre de prejuicios. Comenzó provocando una guerra espantosa que se llamó la Guerra de los Campesinos y que dejó más de 100.000 muertos en los campos del Sacro Imperio. Porque los campesinos se creyeron de verdad aquellas exaltadas predicaciones en boca de Lutero y de otros que clamaban contra las riquezas acumuladas por los poderosos de la tierra con Roma como garante de tales injusticias.

Los príncipes alemanes, cuyo propósito era básicamente oponerse al emperador, no pensaron que alentar aquella efervescencia antisistema (Carlos V y el catolicismo) pudiera volverse contra ellos.



Carlos V. Juan Pantoja de la Cruz, 1605, copia de Tiziano


Algunos clérigos revolucionarios se mantuvieron fieles a sus principios hasta el final y fueron ejecutados, pero Lutero decidió sobrevivir. Lutero se pone al servicio de los príncipes alemanes y alienta la violencia brutal con que los grandes señores germánicos acabaron con estas rebeliones de campesinos: “contra las hordas asesinas y ladronas mojo mi pluma en sangre, sus integrantes deben ser estrangulados, aniquilados, apuñalados, en secreto o públicamente, como se mata a los perros rabiosos”.

Desde entonces Lutero se convierte en el gran valedor de las oligarquías señoriales, en el garante teológico de un feudalismo tardío que mantuvo a Alemania en un estado de pobreza y atraso ya superado en España y en la mayor parte del sur. El enquistamiento por la vía religiosa de estas oligarquías impidió la unificación de Alemania e hizo posible una supervivencia anómala del sistema feudal en esa parte de Europa. Uno de los primeros estados alemanes en abolir las leyes de servidumbre fue la católica Baviera en 1808, pero el proceso no culminó hasta mediados del siglo XIX en la zona oriental

Lutero no operó la destrucción de las iglesias, sino que creó otra. Se formó un nuevo cuerpo sacerdotal que también condujo al rebaño hacia donde debía ir. Solo que ahora ese cuerpo de pastores sirve únicamente al señor del territorio. Lutero recibió del príncipe de Sajonia, como primera prueba de gratitud, el que había sido su antiguo convento en Wittenberg. Es un muy bello palacio, donde se instaló con su nueva esposa, sus parientes y sus criados. Había nacido en el seno de una familia muy humilde y estos lujos, como monje agustino, no se los hubiera podido permitir nunca.

La "libertad religiosa" es probablemente el tótem lingüístico más afortunado de Martín Lutero. Pero lo cierto es que el nuevo clero creó una versión del cristianismo que fue la única aceptable y todas las demás fueron proscritas y perseguidas; la católica por supuesto, pero también los anabaptistas, calvinistas, menonitas, etcétera.

Sin embargo, siglo tras siglo, Lutero se ha paseado por la historia de Europa inmune a la verdad, a los hechos y a la lógica.

Porque aplicar la “libertad religiosa” en sentido luterano es lo que hicieron los Reyes Católicos en España, a saber, que todos los súbditos deben tener la misma religión que su señor terrenal. Este es el principio conocido como cuius regio, eius religio. Pero es evidente que los Reyes Católicos no pueden ser padres de la libertad religiosa, aunque hicieron exactamente lo mismo, porque, como dice Castelar, nosotros no somos luteranos ni pertenecemos a la raza germánica.

Casi una cuarta parte de los bienes raíces del Sacro Imperio cambiaron de manos, entre las confiscaciones de propiedades eclesiásticas y las de aquellos que abandonaron los territorios protestantes por negarse a acatar la conversión forzosa.

Lutero fue no solamente anti-latino sino furiosamente antisemita. El programa nazi está prefigurado en Martín Lutero, que dedicó a los judíos párrafos espeluznantes: “Debemos primeramente prender fuego a sus sinagogas y escuelas, sepultar y cubrir con basura a lo que no prendamos fuego, para que ningún hombre vuelva a ver de ellos piedra o ceniza”.

El primer gran pogromo de 1938, la Noche de los Cristales Rotos, fue justificado como una operación piadosa en honor de Martín Lutero, por su 450 cumpleaños. A las elecciones de 1933 concurrió Hitler con un soberbio cartel donde la imagen de Lutero y la cruz gamada aparecen juntas.







Con idéntica ferocidad alentó y justificó Lutero la quema de brujas, que dejó en Alemania no menos de 25.000 víctimas. Llevamos tantos miles, millones de muertos con este asunto que es mejor no hacer cuentas.

Desde que se produjo la reunificación y vino luego el euro como mágico elixir, Alemania está en un tiempo nuevo y afronta sin sombras una hegemonía europea incontestada. Ni España ni Italia parecen darse mucha cuenta de cuán necesarias son para compensar esta hegemonía y andan perdidas, sin poder superar el complejo de inferioridad que asumieron hace siglos. Porque con todo esto llegamos al gran asunto que aquí se ventila: el de la superioridad moral frente al porcino mundo no protestante, en el cual vivimos y que ha sido tan absolutamente asumida.

María Elvira Roca Barea
Martín Lutero, mitos y realidades - @ELPAIS











María Elvira Roca Barea
Imperiofobia y Leyenda Negra
Editorial Siruela

sábado, 2 de septiembre de 2017

Isaac Peral


El submarino fue botado en Cádiz el 8 de septiembre de 1888. Diez años más tarde, España perdió su doble estatus como potencia naval y colonial cuando fue barrida por la con una facilidad insultante. Para entonces, tanto Isaac Peral como su submarino habían corrido una suerte paralela. El inventor había muerto en 1895 en Berlín, ciudad a la que había viajado para operarse de un cáncer de piel. Tenía 43 años y había renunciado a su sueño de seguir construyendo submarinos. Desmoralizado y harto de zancadillas, pidió la baja en la Armada, que ni siquiera le concedió una pensión.

En cuanto a su submarino, se pudría literalmente en el arsenal gaditano de La Carraca, expoliado de sus elementos de valor y usado como retrete por el personal del astillero.


El "Submarino Peral" durante las pruebas de Navegación. Cádiz, 1889. 



Isaac Peral y Caballero nació en Cartagena (Murcia) en 1851, donde estaba destinado su padre, capitán de Infantería de Marina. Ingresó en la Marina a los 14 años. Navegó en 32 buques. De sus 25 años de servicio, 16 los pasó embarcado. Alcanzó el grado de teniente de navío. Pasó apreturas para mantener a su mujer y sus cinco hijos.

Fue un hombre de ciencia. Realizó cartas hidrográficas. Publicó trabajos sobre álgebra, geometría y huracanes. Cayó enfermo cuando un barbero le cortó por accidente una verruga en la sien y desde entonces se dedicó a la docencia. Era un pionero de la electricidad. La idea del submarino surgió en 1885, cuando la Marina Imperial alemana amenazó con bloquear islas españolas en el Pacífico

Consiguió que el Gobierno aceptase su proyecto, que resultó muy polémico y tuvo apasionados defensores y detractores. Él mismo diseñó los planos, aunque no era ingeniero naval; y sería también el comandante del sumergible, que tenía una dotación de 12 hombres. Costó 300.000 pesetas de la época, cuando el precio de un acorazado rondaba los 40 millones.

El día de la botadura la expectación era enorme. Y también el escepticismo. Un ingeniero pidió al general Montojo que prohibiese el acto. Peral pintó una línea con yeso en el casco y aseguró que el agua no la rebasaría. Y así fue. La maniobra fue un éxito y comenzaron las pruebas de mar. En los meses siguientes el submarino realizó una inmersión, siguió el rumbo fijado, lanzó torpedos… Pero el Gobierno canceló el proyecto. «No pasa de ser una curiosidad técnica sin mayor trascendencia», dictaminó el informe que lo sentenciaba.

No solo eso, Peral fue arrestado por un incidente absurdo. Viajó con su mujer a la Exposición Universal de París. Tenía permiso del capitán general de Cádiz, pero no el del ministro de Marina. Pasó dos meses en una celda. Pero su fama ya era tal que el ministro se vio obligado a ponerlo en libertad sin cargos.







«Los ingleses le pusieron un cheque en blanco para que trabajase para ellos, pero era un patriota y se negó». «El submarino -dijo- será para España o para nadie». Siguió inventando: un proyector, una ametralladora eléctrica, un varadero múltiple… Fundó una empresa para instalar alumbrado público en ciudades. Pero incluso entonces se topó con la incomprensión. «Quien pasee por la calle tendrá tremendos encontronazos con los malditos palos», publicó un periódico.

Las autoridades españolas consintieron el espionaje, por mucho que Peral protestara. Las grandes potencias tenían barra libre para ver los trabajos. Incluso un oscuro traficante de armas, Basil Zaharoff, habría conseguido al parecer los planos. Ingenieros alemanes reconocerían más tarde que el proyecto de Peral les sirvió de modelo para construir la flota que causó estragos en la Primera Guerra Mundial.

"Isaac Peral, el visionario hundido" @ABC



sábado, 3 de junio de 2017

Leyenda Negra (III)

Hubo una acción simultánea del resto de Europa occidental y posteriormente de Estados Unidos contra un poder español que aspiraba a la monarquía universal, todo ello sustentado por la ocupación del universo americano. Calificarlo o no de leyenda negra queda bastante a gusto del lector.

Parece difícil, dado el volumen de los improperios, que esa España respondiera plenamente a la realidad (la catástrofe demográfica que siguió al desembarco español en América la causaron las enfermedades). Hay, sin embargo, coincidencia de autores en que lo que hubiera de leyenda estaba motivada por la necesidad de oponerse al asfixiante poderío de los Austrias.

Los holandeses se convirtieron en nación, según declaraciones de los propios interesados, en su lucha secular (1568-1648) contra España, y el vituperio de todo lo hispánico era peldaño obligado para la formación nacional del calvinismo militante.

A los franceses de Richelieu (siglo XVII), el cerco de posesiones españolas en sus lindes orientales estimuló el pensamiento de las fronteras naturales —la línea azul de los Vosgos—, allí donde debía señorear París para que Madrid no les acogotara.

Para Italia, inventora del Renacimiento, era bochornoso que una España que hablaba tan mal el latín le pasara en todo la mano por la cara.

Inglaterra, desde que rompió con Roma en 1534, necesitaba un enemigo poderoso para irse formando como gran potencia excéntrica a Europa (como hoy puede verse con el reciente referéndum). ¿Quién mejor para ocupar esa posición que la católica España que, además, le llevaba 100 años de delantera en la aventura americana?

En el siglo XVIII los recién inaugurados Estados Unidos debían abominar del papismo al sur de las Treces Colonias

El imperio, como vemos, servía por el solo hecho de existir a todos sus rivales como instrumento indispensable de forja nacional. Y esa sí que es toda una leyenda del color que el lector prefiera. 

M. A. Bastenier para @ELPAIS - España: Modo de Empleo


mestizaje-marriage-inka
Matrimonio de la ñusta Beatriz, sobrina del último inca, Huaina Capac, con Martín de Loyola, sobrino de San Ignacio de Loyola - Museo Pedro de Osma, Lima, Perú




Felipe II y la Leyenda Negra



domingo, 14 de mayo de 2017

Artemisia y el odio

Artemisia Gentileschi aprendió el oficio en casa y tuvo ocasión de perfeccionarlo en Florencia, bajo la protección de Cosme II de Medici. Se convertía así en la primera mujer que accedía a la Academia de Pintura y en el asombro de una ciudad “moderna” en la que pudo entablar amistad con Galileo Galilei.






Artemisia, hija del pintor florentino Orazio Gentileschi, fue violada por uno de los maestros que se ocuparon de instruirla, Agostino Tassi. Las penurias y las torturas que hubo de sufrir hasta prosperar la denuncia convirtieron el arte en un espacio de justicia más o menos subconsciente, un lugar donde Artemisia ejercía de pintora y de tribunal de los hombres.



Artemisia Gentileschi - Judith Beheading Holofernes - WGA8563.jpg


La artista romana acudía una y otra vez al mito de Judit y de Holofernes, al sacrificio del Bautista, al martirio que Jael infligió a Sísara, un capítulo gore del Antiguo Testamento que recrea la frialdad de la heroína judía clavando un cincel en la cabeza del general del ejército de Canaán.

El tenebrismo proporciona un contraste elocuente al criterio teatral de Gentileschi. No puede ser más explícita ni más abundante la sangre que mana de la garganta de Holofernes en el lienzo de 1613, como no puede ser más parecido el rostro de Judit al de la propia Artemisia.






Se hacía justiciera la pintora, vengaba en los lienzos los obstáculos de una carrera contra corriente que la ha transformado en mito del feminismo por su capacidad emancipadora, por su valentía, por su independencia, por su vocación viajera -Nápoles, Venecia, Londres- y por el respeto que llego a adquirir en la fiebre estética del barroco italiano.

Rubén Amón @ELPAIS

sábado, 1 de abril de 2017

Alonso Mudarra






Alonso Mudarra (c. 1510 - 1 de abril de 1580), compositor y vihuelista español del Renacimiento. Hizo innovaciones tanto en música instrumental como vocal y forma parte del grupo de los siete vihuelistas españoles del siglo XVI cuya obra ha llegado hasta nosotros.

No se conoce con seguridad el lugar de su nacimiento, pero se sabe que pasó su juventud en Guadalajara, en casa de los Duques del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza e Iñigo López, a cuyo servicio estuvo durante muchos años. Fue en ésta ciudad donde seguramente recibió educación musical.

Probablemente fue a Italia en 1529 con Carlos I de España, junto con el cuarto duque del Infantado Iñigo López.

A su regreso a España, se ordenó sacerdote en 1546 en la catedral de Sevilla, donde permaneció el resto de su vida. Mientras estuvo en la catedral, dirigió todas las actividades musicales que allí se realizaban, actividades de las cuales nos han quedado bastantes documentos, como la compra y ensamblaje de un nuevo órgano y su trabajo junto al compositor Francisco Guerrero en varios eventos.

El 7 de diciembre de 1546 publicó en Sevilla Tres libros de música en cifra para vihuela con piezas propias y transcripciones para vihuela y vihuela y voz de otros compositores renacentistas.

Murió en Sevilla, y de acuerdo con su voluntad, su considerable fortuna fue repartida entre los pobres de la ciudad.










miércoles, 8 de marzo de 2017

Isabel Barreto, la primera almirante


La Conquista sigue siendo un periodo condenado al ostracismo, en este caso por lo incómoda que resulta para ciertas ideologías pujantes y el rechazo consciente de las carpetovetónicas. Llama la atención la atonía con que se trata comparado con las historias de piratas: la casi desconocida exploración del Pacífico por los españoles le da veinte patadas a cualquiera de ellas.

La figura femenina ha pasado prácticamente desapercibida en el relato colonial, en el que el conquistador típico era un varón soltero de unos treinta años, a pesar de que se calcula que aproximadamente uno de cada cuatro colonos españoles en América era mujer. Esto se debe a que en las crónicas, la mayoría escritas por frailes o misioneros, se las suele omitir. El caso es que existe una larga tradición hispana de mujeres acompañando a sus soldados, pero es lo que tienen los prejuicios, que se perpetúan.





Hay una expedición asombrosa por varios aspectos únicos, el segundo viaje del adelantado Álvaro de Mendaña a las islas Salomón. No solo es el viaje más largo realizado en el Pacífico con esos cascarones de madera de apenas trescientas toneladas que llamaban naos, sino que además acabó siendo dirigido por su esposa, doña Isabel Barreto, primera almirante de la historia de España, además de gobernadora y adelantada.

Y aquí llega lo mejor del asunto… lo que se conoce viene escrito por mano de un enemigo acérrimo, el piloto mayor de la expedición, el portugués Pedro Fernández de Quirós.

Isabel nació en Pontevedra en 1567, en el seno de una rica familia de exploradores y gobernadores portugueses. La familia se trasladó al virreinato del Perú, donde formaron parte de la alta sociedad limeña. Allí conoció en 1585 a Don Álvaro de Mendaña, que con cuarenta y cuatro años le doblaba la edad, y con el que se casó.

Mendaña había descubierto las islas Salomón en su primer viaje y desde entonces había dedicado la friolera de veinticinco años a obtener la autorización pertinente para volver y poblarlas, además de aprestar la expedición; en estos preparativos ayudaron los cuarenta mil ducados que puso doña Isabel de su dote (que al cambio actual equivalen a un montón de dinero, más o menos) y la llegada del nuevo virrey don García Hurtado de Mendoza.

En 1595 la pequeña flota se hizo a la mar desde El Callao en busca de las míticas Salomón, de donde supuestamente salió el oro para construir el famoso templo bíblico. Formaban parte de ella casi trescientos hombres entre feroces soldados y supersticiosos marineros, que protestaron amargamente por la presencia de noventa y ocho mujeres y niños a bordo.

Las primeras islas que encontraron las bautizó Mendaña como islas Marquesas en honor del virrey. En la siguiente etapa del viaje, los días pasaban, la comida se consumía, pero ni rastro de las dichosas islas, a pesar de que su localización era conocida. El piloto mayor se convirtió en el centro de todas las críticas, aunque hay que decir que no era culpa suya, sino del deficiente sistema de cálculo de la longitud usado en la época. ALEJANDRO GARCÍA
Continuará


Isabel Barreto, la reina de los mares del Sur


No fueron solos. Mujeres en la conquista y colonización de América


sábado, 11 de febrero de 2017

Luis de Narváez


Granada, sobre 1500-1560



Publicó en Valladolid en 1538 Los seys libros del Delphin de musica de cifras para tañer vihuela, dedicado al comendador mayor de León, don Francisco de los Cobos.





Los siete vihuelistas

sábado, 14 de enero de 2017

Ana Alcaide




A Ana Alcaide (Madrid, 1976) un viaje a Suecia con motivo de una beca para estudiar biología le cambió la vida. En principio iba a estar un año, pero al final se quedó cuatro y aprovechó la experiencia al máximo. Movida por su alma aventurera, allí descubrió la viola de teclas, un instrumento de origen sueco cuyos vestigios se remontan al siglo XIV y su nombre original es el nickelharpa. Desde entonces todo un mundo lleno de posibilidades se abrió ante ella, convirtiéndose en la gran pionera en su divulgación en España.






Leyenda, su quinto disco, es una obra inspirada en la mitología y las fábulas relacionadas con mujeres ancestrales. “Hay un lado oscuro que las mujeres no estamos acostumbradas a mostrar, por razones sociales, históricas, por nuestra educación… Es una asignatura pendiente que tenemos las mujeres; la de aceptar ese lado oscuro y sentirnos bien con él (...) Estamos marcadas por mostrar ese lado luminoso, esa bondad… La mujer necesita conciliarse con esa parte que está más en la sombra (...) “Nunca se habla de lo difícil que es ser madre, está muy idealizado, y detrás de todo esto hay una historia de dolor, de sacrificio, y de preguntarte donde estoy yo, porque no llegas a todo. Por nuestras ambiciones ahora, es muy distinto a como lo vivían nuestras madres”.

TONI CASTARNADO para @ELPAIS 


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