jueves, 22 de septiembre de 2011

Tennessee Williams

La muerte de Liz Taylor, una de las actrices que mejor supo encarnar el desgarro emocional y la sensualidad de Tennessee Williams, coincidió con el centenario del autor de obras como «La gata sobre el tejado de zinc» o «El zoo de cristal».





El dramaturgo, en su estudio de Key West (Florida), en 1957







"Antes de conocer su obra en profundidad, conocí su alma. Porque Tennessee era un ser afectivo y adorable, que hacía de todo para complacernos. Después, lo hube de estudiar con admiración, comprobando la autenticidad de su genio, todo corazón y valor. Williams era inimitable, era como un ángel encanallado por piedad, por amor a los inadaptados y singulares. Así era él." Francisco Nieva .





"De él he procurado aprender la posibilidad de dotar de grandeza heroica a personajes perdedores e inadaptados; asimismo, me ha animado en la forja de una expresión poética sobre la realidad cotidiana. También he tratado de adoptar la actitud de indulgencia con que contempla a sus frágiles y erráticas criaturas, evitando la tentación de situarse por encima de ellas desde una pretendida superioridad moral." Ernesto Caballero.




































El ángel encanallado





Thomas Lanier Williams III (Tennessee Williams) - 26/3/1911 / 25/2/1983





lunes, 12 de septiembre de 2011

Historias de 'topos'

"La fuerza humana es increíble; nadie está seguro de ello hasta que no lo siente. Nadie sabe de lo que somos capaces los humanos, nadie lo sabe", les dijo a los periodistas Saturnino de Lucas, un segoviano que pasó 34 años sin dar un paso ni ponerse en pie.

El habitáculo que ocupó ese tiempo, acondicionado bajo el tejado de una casucha, medía 63 centímetros en su parte más alta, dos metros de ancho y cuatro de largo. Emparedado, agredido por temperaturas que le sacudían de los 45 grados del verano a los 25 bajo cero del invierno, Saturnino de Lucas sobrevivió leyendo periódicos, escribiendo miles de cuartillas en una máquina York, escuchando la radio y sugestionándose. "Ahí vivía yo como si estuviera invernando".

jueves, 8 de septiembre de 2011

Miguel de Molina

Corrían tiempos muy difíciles. Eran principios de los años 40. Era la España ya franquista. Sabía que lo intentarían matar, pero Miguel de Molina (Málaga, 1908) estaba ahí. Con sus coplas se paseaba libremente sobre el escenario al compás del flamenco. No tenía miedo a su libertad insultante: gozaba de fama, belleza y arte, pero poseía tres condiciones que el franquismo no toleraba: era republicano, homosexual y amigo de Federico García Lorca.

Una noche, sus años de gloria en tierra española llegaron a su fin: tres desconocidos lo apalearon, le desprendieron varias piezas dentales y le desfiguraron su cara mientras le gritaban "esto por rojo y maricón". Le prohibieron volver actuar en España y lo confinaron en Cáceres y Buñol.

Fue así como el creador de La bien pagá es obligado al destierro y a su patria nunca más volvió.

WENDY ÁLVAREZ HIDALGO



Ojos verdes: Miguel de Molina in memoriam







domingo, 4 de septiembre de 2011

La ruta arábiga


Una caja de herramientas de más de cien mil años de antigüedad hallada en los Emiratos Árabes Unidos demuestra que los humanos modernos salieron de África mucho antes de lo que se pensaba. Y aunque la mayor parte de los restos encontrados hasta ahora llevaba a pensar en un éxodo «costero», bordeando el Mediterráneo hace unos 60.000 años, el hallazgo de un equipo internacional de paleontólogos retrasa esa fecha en cerca de 50.000 años, hasta los 125.000. Y nos habla de otra ruta, directa desde África hacia oriente, que cruza la península Arábiga.

Las herramientas de Jebel Faya se parecen, según los investigadores, a las que hacían los humanos primitivos en el África oriental, pero no a las encontradas en Medio Oriente, mucho más modernas. La antigua caja contiene hachas de mano y toda una variedad de raspadores y perforadores. Todo elaborado con una técnica "antigua" y diferente a la utilizada por los humanos que decenas de miles de años después abandonaron África bordeando el Mediterráneo.










Hasta ahora, la península Arábiga se había considerado más un obstáculo que una posible vía de migración de los primeros humanos para salir de África. Sus desiertos y áridas colinas, la escasez de lluvias y la ardiente arena constituyen una auténtica barrera natural que obligó a nuestros antepasados a buscar rutas alternativas para abandonar el continente negro. O por lo menos eso se creía hasta ahora.

Desde hace años, en efecto, diversos estudios han ido demostrando que existieron períodos en los que el desierto retrocedió, dejando paso a un ambiente de sabana, mucho más húmedo y rico en vegetación. Y uno de esos periodos húmedos tuvo lugar precisamente hace unos 130.000 años. Para los investigadores, las herramientas encontradas en el campo de Jebel Faya, en Emiratos Árabes Unidos, fueron construidas por un grupo de humanos modernos que cruzaban la península y que venían directamente de África, como parte de una ola migratoria que terminaría por llegar a Europa, Asia y Australia.
JOSÉ MANUEL NIEVES



Evolución humana bajo el Golfo Pérsico




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