jueves, 8 de septiembre de 2011

Miguel de Molina

Corrían tiempos muy difíciles. Eran principios de los años 40. Era la España ya franquista. Sabía que lo intentarían matar, pero Miguel de Molina (Málaga, 1908) estaba ahí. Con sus coplas se paseaba libremente sobre el escenario al compás del flamenco. No tenía miedo a su libertad insultante: gozaba de fama, belleza y arte, pero poseía tres condiciones que el franquismo no toleraba: era republicano, homosexual y amigo de Federico García Lorca.

Una noche, sus años de gloria en tierra española llegaron a su fin: tres desconocidos lo apalearon, le desprendieron varias piezas dentales y le desfiguraron su cara mientras le gritaban "esto por rojo y maricón". Le prohibieron volver actuar en España y lo confinaron en Cáceres y Buñol.

Fue así como el creador de La bien pagá es obligado al destierro y a su patria nunca más volvió.

WENDY ÁLVAREZ HIDALGO



Ojos verdes: Miguel de Molina in memoriam







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