(...) el espectro de Lorca está cargado de significación política porque señala con una mano acusadora al pasado y con otra al presente. Señala, en efecto, al momento en que a ese ser vivo, que estaba entre los suyos, le quitan violentamente la vida por una razón política. Al ser un asesinato político desvela el carácter (in)moral del proyecto político en cuyo nombre se le dio muerte. Lorca, el desaparecido, será siempre un tribunal de la historia dictando sentencia contra un sistema político, el franquista, que nos será siempre contemporáneo. También nos señala a nosotros, preguntándonos cómo hemos construido nuestro tiempo, si haciendo memoria del periodo estigmatizado con su muerte y que va de 1936 a 1975, o pasando página.
Hacer memoria de la barbarie no consiste en tener presentes los hechos del pasado, sino entender lo que significa la memoria de la injusticia en la construcción de la democracia. Todas las razones prudenciales que nos demos para justificar que hemos construido la democracia sin tener en cuenta la experiencia de la República, con sus luces y sus sombras, no podrán acallar las preguntas que nos dirige el espíritu vigilante del desaparecido.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Lorca/desaparecido/elpepuopi/20091227elpepiopi_5/Tes
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