domingo, 20 de septiembre de 2015

El "San Marcos"

Spanish Point. O Rinn na Spáinneach. Situada a un paso de los acantilados de Moher, esta pequeña población de apenas 80 vecinos ha vuelto a reforzar en las últimas semanas sus lazos con la Felicísima Armada de Felipe IIlo de Invencible fue un exitoso remoquete inglés— gracias a una campaña arqueológica de primer orden: el Proyecto San Marcos.

Construido en 1585 en Cantabria, el San Marcos era el pináculo de la tecnología naval de la época y una de las joyas de la escuadra de Portugal. Comandado por el Marqués de Peñafiel, desplazaba 790 toneladas y contaba con 33 cañones de bronce, además de 350 soldados y 140 marineros.

El gran escenario de la tragedia —marítima y humana— de la flota de Felipe II, una formación de 130 barcos y 30.000 hombres pensada para invadir Inglaterra, no fue el Canal de la Mancha, sino el litoral occidental de Irlanda. Entre septiembre y octubre de 1588, cuando la flota encaraba su desesperado regreso a España bordeando Irlanda, en sus costas se hundieron 24 barcos y murieron 6.000 hombres.








El San Marcos había demostrado ser un barco casi invencible tras batirse en lo peor del fragor bélico del Canal y llegar hasta allí con su estructura muy maltrecha.

Hasta que se topó con lo que los marineros de Spanish Point aún llaman, en gaélico, Mal Rock, un bajío traicionero que apenas asoma su afilada cresta en la superficie, junto a Mutton Island. Contra esa mala roca se estrelló el galeón la tarde del 20 de septiembre de 1588. Le sorprendió una tormenta con rachas de viento de 100 kilómetros y olas de 15 metros de altura, por lo que el capitán buscó cobijo entre la isla y tierra firme. Esa fue la perdición del barco, que se precipitó contra la roca para deshacerse en mil pedazos.

De los 490 hombres del galeón sólo cuatro lograron hacer tierra. Estos, junto a los 60 supervivientes del San Esteban, hundido ese día a unos kilómetros al sur, en Doonbeg, fueron capturados por Boetius Clancy, el representante de la Corona inglesa. Este no se lo pensó dos veces a la hora de obedecer las órdenes expresas de Isabel I: ajusticiar a todo español, sin importar rango o estatus. De ahí que, incluso don Felipe de Córdoba, uno de los prohombres sobrevivientes de los naufragios cuyo rescate hubiera enriquecido a Clancy, fuera ahorcado junto al resto de hombres en la colina más alta que mira a la playa de Spanish Point.

 Spanish Point (Irlanda) 

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