miércoles, 2 de septiembre de 2009

La vida en la Tierra se puede detectar desde el espacio


ENRIC PALLÉ -EL PAÍS - 31/08/2009


Desde los primeros albores de la intuición y la inteligencia, nuestra especie se ha preguntado qué hay ahí arriba, en el cielo nocturno, y si estaremos solos en este enorme universo. Ésta ha sido desde siempre una pregunta que sólo podía plantearse en términos filosóficos. La nuestra es quizás la primera generación que tiene a su alcance encontrar una respuesta. Los recientes avances en la detección y caracterización de planetas extrasolares (planetas en torno a otras estrellas) nos hacen pensar que la respuesta es ahora solamente una cuestión de tiempo y, cómo no, de financiación.


Las últimas dos décadas han sido testigos del descubrimiento de cientos de planetas extrasolares. Aunque la mayoría de los planetas detectados son gigantes gaseosos, poco a poco nos acercamos a la detección de planetas rocosos similares al nuestro. Cuando los encontremos, los esfuerzos se concentrarán en determinar la posible presencia de vida.


Ilustracion de la luz del Sol pasando a traves de la atmósfera de la Tierra durante un eclipse, visto desde la Luna.- GABRIEL PÉREZ DÍAZ/IAC

La vida no sólo depende e interacciona con su medio sino que además puede alterarlo. Hace unos 2.000 millones de años, la aparición de las cianobacterias provocó uno de los mayores cambios que nuestro planeta ha conocido: un incremento masivo de la concentración de oxígeno en la atmósfera. Las cianobacterias fueron las primeras algas en usar la fotosíntesis oxigénica, predominante en las plantas actuales, con el resultado final de la transformación de dióxido de carbono atmosférico en oxígeno. Hoy en día, el 21% de las moléculas de nuestra atmósfera son de oxígeno. Pero la alteración que produce la vida en el medio no es necesariamente permanente: sin la presencia de seres vivos estos gases se recombinarían entre ellos y algunos prácticamente desaparecerían. Por eso decimos que nuestra atmósfera se encuentra en desequilibrio químico. Este desequilibrio es una huella ineludible de la presencia de actividad biológica en nuestro planeta, probablemente la única huella claramente visible desde una distancia astronómica.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/vida/Tierra/puede/detectar/espacio/elpepusoccie/20090831elpepusoc_6/Tes

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