jueves, 11 de febrero de 2010

¿Por qué sobrevivieron los mamíferos a la gran extinción del Cretácico?

JOSÉ MANUEL NIEVES, 11-02-10

Hace 65 millones de años, en la frontera entre los periodos Cretácico y Terciario, un asteroide de diez km de diámetro chocó contra nuestro mundo provocando uno de los peores episodios de extinción de todos los tiempos. Más del 70% de las especies que poblaban entonces la Tierra (tanto marinas como terrestres) desaparecieron por completo, casi de repente.



















Las madrigueras subterráneas y los entornos acuáticos donde los primeros mamíferos se ocultaban de los dinosaurios consiguieron también protegerles del breve, pero drástico, aumento de las temperaturas. Algo que sus enormes vecinos, igual que la gran mayoría de las criaturas de la superficie, no pudieron hacer. Un gran número de ellos, en efecto, murió quemado sin remedio en las primeras horas que siguieron a la caída del meteorito.

«Ellos eran mejores a la hora de escapar del calor», asegura Russ Graham, investigador de ciencias de la Tierra en la Penn State University.




















«Incluso si algunos de los grandes dinosaurios herbívoros se las arreglaron para sobrevivir a la destrucción inicial, se encontraron con que, literalmente, no tenían nada qué comer -asegura Graham- ya que la mayor parte de la vegetación superficial también quedó destruída». Y a medida que los herbívoros supervivientes fueron desapareciendo, también lo hizo el principal sustento de los grandes carnívoros que se alimentaban de ellos.

Los mamíferos, por el contrario, podían comer insectos y plantas acuáticas, que seguían siendo relativamente abundantes tras el impacto del meteorito. Así que, a medida que los dinosaurios supervivientes fueron a su vez desapareciendo, los mamíferos empezaron a florecer. Lo mismo sucedió con los representantes de otras clases de animales (como por ejemplo los cocodrilos), pero fueron precisamente los mamíferos los mayores beneficiarios de la nueva situación.

De hecho, fue entonces cuando empezaron un proceso de diversificación que les ha llevado a poblar prácticamente todos los rincones del planeta con una infinidad de especies, entre ellas la nuestra. Resulta irónico, pero es más que probable que sin la caída de ese meteorito devastador, nunca se habrían dado las condiciones para el surgimiento de nuestra propia especie.

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