lunes, 15 de marzo de 2010

Cova Gran



La antigüedad de nuestra especie en la península Ibérica

JOAN CARLES AMBROJO - Barcelona - 15/03/2010
¿Cuándo aparecieron los hombres modernos, los de nuestra especie, en la península Ibérica? Una investigación en el yacimiento de Cova Gran (Lleida), aporta nuevas pruebas sobre esta cuestión y sobre si el Homo sapiens estuvo relacionado con la desaparición de los neandertales. El trabajo ha sido publicado en el Journal of Human Evolution por arqueólogos del Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico de la Prehistoria de la Universidad Autónoma de Barcelona (CEPAB-UAB).
Cova Gran, un espacio que supera los 2.500 metros cuadrados, fue descubierto en el año 2002. Situado en la localidad de Les Avellanes-Santa Linya, es uno de los escasos yacimientos arqueológicos europeos que permiten estudiar las denominadas transiciones, fases críticas descritas por la paleoantropología en las cuales se detectan transformaciones y remodelaciones esenciales para reconstruir la historia de nuestra especie.








Los investigadores, dirigidos por el catedrático Rafael Mora, trabajaron sobre una superficie de 60 metros cuadrados, en donde reconstruyeron la forma en que vivieron los habitantes de ese abrigo, algo inusual en las excavaciones, que habitualmente se restringen a sondeos de reducidas dimensiones. De este modo, consiguieron recuperar materiales arqueológicos del Paleolítico Medio, atribuidos a Homo neanderthalensis, y del Paleolítico Superior, correspondientes a Homo sapiens. Ambos tipos de restos se encontraban separados por un estrato estéril intermedio de sedimentos.
En los yacimientos arqueológicos lo habitual es encontrar los restos removidos, algo que no se ha producido en el caso de Cova Gran, que muestra un excepcional grado de preservación debido a que no ha sido afectado por alteraciones provocadas por procesos geológicos o biológicos.




Cova Gran fue ocupada sucesivamente por neandertales y humanos modernos, en grupos reducidos de entre 15 y 20 personas que vivían de forma similar: cazaban, recolectaban, elaboraban instrumentos para la obtención y procesado de alimentos y otras actividades cotidianas en las que el fuego era un elemento fundamental. Sin embargo, las técnicas y materias primas empleadas por cada especie eran radicalmente distintas. Entre los restos atribuibles a Homo sapiens destacan tornillos marinos perforados, considerados habitualmente como un indicador de la dispersión de esta especie por África, Oriente Medio y Europa Occidental.
El trabajo discute la validez del carbono 14 como reloj temporal absoluto y concluye que entre los 40.000 y los 30.000 años la traducción automática a años históricos no es válida.



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