miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cueva El Sidrón (II)

Los genes desvelan el parentesco de una familia neandertal
ALICIA RIVERA

Los fósiles neandertales se descubrieron en 1994 en esa cueva de 3.700 metros de longitud, con una galería principal y varias secundarias transversales. Una de ellas, a unos 220 metros de la entrada principal es el Osario, donde se han recuperado ya 1.800 fragmentos de huesos de neandertales de al menos 12 individuos.







El ADN permite relacionarlos parentalmente y la prueba del cromosoma Y ayuda a diferenciarlos por sexo. La docena de neandertales de El Sidrón pertenecen a tres linajes femeninos diferentes de siete, cuatro y un individuos cada uno. La distribución es la siguiente: las tres mujeres adultas pertenecen cada una a un linaje, mientras que los tres hombres son del mismo. Al combinar la información morfológica de los huesos con el material genético, los investigadores conjeturan que dos de los niños pueden ser hijos de una de las hembras (con espacio de unos tres años entre parto y parto) y otro sería hijo de otra de las hembras. La tercera hembra no tienen ningún pariente genético en el grupo.

Estos datos "concuerdan con la hipótesis de que eran las hembras las que se movían de un grupo a otro", explica Antonio Rosas (paleobiólogo del CSIC), otro de los investigadores del equipo. Esta incorporación femenina al grupo social del hombre se denomina patrilocalidad, y es corriente (en torno a un 70%) en sociedades tradicionales actuales, apunta Lalueza-Fox. En cuanto a los neandertales, "el intercambio [de hembras] tendría lugar durante encuentros puntuales entre los diferentes grupos en lugares comunes y en momentos relacionados con la caza", añade Rosas. "El efecto de esta estrategia (que se conoce también en algunas especies de primates) es la disminución de la consanguinidad dentro de una comunidad".


No hay comentarios:

Publicar un comentario

El público prefiere...