miércoles, 9 de febrero de 2011

Solos ante 'los mercados'



Una nueva ideología, la de la primacía del fantasma llamado "los mercados" ha venido a sustituir a la de los avances en la democracia. Con un grave efecto: que nadie conoce al nuevo sujeto y nadie, por tanto, es capaz de negociar con él. Pero se habla de ese sujeto con auténtica devoción. Se escuchan sus mensajes como se escuchaban antes los del Señor. Los mercados nos envían castigos en forma de plagas, nos avisan, y los sacerdotes se encargan de interpretar sus recados con ineficiencia humana. Unos aciertan y otros no.

Ha habido un trasvase de la responsabilidad de las decisiones políticas a las decisiones no siempre bien explicadas de los gurús de las finanzas. Un trasvase que es tan importante que no encuentra su autoridad en, por ejemplo, los bancos centrales, ligados a la política, sino en instituciones vacías de legitimidad, como algunas agencias de calificación en las que conviven los delincuentes de cuello blanco con los técnicos ajenos a los deseos de los ciudadanos.

Europa, el gobierno europeo que está más en la sombra que en la eficiencia, ha aceptado sin chistar que los gestores de las agencias delincuenciales se suban los sueldos, que los gestores de los bancos que han envuelto a millones de ciudadanos en hipotecas disparatadas se queden ahora con su piso a cambio de nada, que los gestores de las entidades financieras que han requerido las ayudas de quienes pagan impuestos no concedan créditos a las pequeñas empresas... Y han aceptado sin rechistar que mientras se alarga la edad de jubilación de los trabajadores se siga prejubilando a decenas de millares de otros trabajadores, dependientes del sector público o de grandes empresas financieras, a costa de quienes se quedan sin trabajo o cambian el que tienen por uno precario. Estos no son argumentos demagógicos: son hechos de los que podemos leer cada día en el periódico.

Europa acorchada - JORGE M. REVERTE



La Historia de las Cosas

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