domingo, 12 de febrero de 2012

La Pequeña Edad del Hielo

Un equipo de investigadores han explorado 14 variables diferentes (desde la producción agraria hasta las tasa de migración, pasando por las epidemias y el número de guerras) y las fluctuaciones climáticas entre los años 1500 y 1800. Esos cuatro siglos se corresponden con la llamada Pequeña Edad de Hielo. Esta miniglaciación tuvo varios períodos de especial declive térmico. En particular, el enfriamiento entre 1560 y 1660 coincidió con la crisis general del siglo XVII en toda Europa.

Durante la fase fría, con una reducción media de la temperatura de 1º, la producción agraria descendió de forma dramática tanto por la reducción de las zonas de cultivo como por el bajón en su rendimiento. Eso llevó aparejadas subidas en el precio del grano de hasta un 200% en la segunda década del siglo XVII y provocó severas hambrunas que recorrieron toda Europa.







La escasez de alimentos hizo que la población bajara hasta el mínimo de 105 millones en todo el continente en 1650. También se vió afectado el peso y la altura de las personas, que se redujo en 2 centímetros en esta fase fría y no empezó a aumentar hasta que no mejoró la dieta, a partir de 1650, cuando llegó una fase más suave del clima.

La fase fría coincidió con el desarrollo de la Guerra de los Treinta Años (1618 y 1648), una de las más mortíferas de aquellos tiempos y que acabó con el dominio español de la política europea. El número de guerras aumentó un 41% entre 1580 y 1650 así como su letalidad, que se multiplicó por diez.

La sucesión entre fases suaves y severas de la miniglaciación mantiene una correlación con las hambrunas, las explosiones migratorias y las guerras. De hecho, la entrada en una nueva fase suave a partir de 1650 vuelve a coincidir con el inicio del Siglo de las Luces y la recuperación de Europa.

El cambio climático está detrás de las grandes crisis sociales del pasado
MIGUEL ÁNGEL CRIADO
- Público.es

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