martes, 1 de mayo de 2012

La ciencia es apátrida

Un investigador que trabaja en un pequeño instituto de la calle Serrano de Madrid, un poner, publica sus contribuciones al conocimiento, sin prever que alguien, en otra parte del mundo, hace uso de ellas para desarrollar una aplicación merecedora de protección por patente.


"No existe una ciencia nacional, de la misma manera
que no existen tablas de multiplicar nacionales"
A. Chejov


"La ciencia y el arte pertenecen a todo el mundo y ante ellos
se desvanecen las barreras de la nacionalidad"
W. Goethe

Los estados nación son artefactos de creación bastante reciente, que empezaron a tomar cuerpo a mediados del siglo XVIII y cuajaron ya de manera inconteniblemente exitosa en el siglo XIX, prolongando su vigencia a lo largo del sangriento siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI.

Su aportación a la historia de la humanidad es de compleja valoración, pero se podría destacar en ellos, sobre todo, su eficaz contribución a la matanza de decenas de millones de personas en la flor de la vida, personas que sin la existencia de esos inventos legitimadores de la violencia fratricida, igual habrían llegado a la ancianidad.

JAVIER LÓPEZ FACAL
La ciencia es apátrida

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