lunes, 9 de noviembre de 2009

20 años de la caída del muro




IGNACIO SOTELO 06/11/2009


Sin que nadie lo planeara, la apertura del Muro resultó de una serie de circunstancias, tan fortuitas como imprevisibles. Empero el factor decisivo fue la política de "restructuración y transparencia" que Gorbachov esbozó para sacar a la Unión Soviética de la profunda crisis en que se debatía, que la presión armamentística de la América de Reagan había exacerbado al máximo.








Una reforma radical de todo el sistema tenía que empezar por desprenderse de la pesada carga que para la Unión Soviética representaban los Estados socialistas. La gran paradoja era que la integración económica en el Consejo de Ayuda Económica Mutua (Comecon) los países del Este la percibían como una dura imposición de la potencia hegemónica, y ésta la sentía como una carga cada vez más gravosa. Una reestructuración profunda del sistema (perestroika) exigía detectar (glasnost) la dura realidad que la propaganda ocultaba desde siempre.











El Muro cae por la política de Gorbachov que abre la perspectiva de un socialismo distinto y sobre todo la puerta a los que quieran salir. En los primeros siete meses de 1989 se autorizó a 48.000 personas a abandonar la República Democrática Alemana y 9.000 lo consiguieron de manera ilegal. Estas concesiones no hicieron más que aumentar el número de los que intentaban escapar. Cientos se refugiaron en las embajadas alemanas occidentales de Varsovia, Praga y Budapest. Para aliviar la situación, en el verano de 1989 no hubo otro remedio que abrir la frontera entre Hungría y Austria.







En la caída del Muro confluyen dos políticas opuestas, la de la renovación y la de impedir a todo trance cualquier cambio o concesión. De forma muy diferente hubieran ocurrido las cosas si dos o tres años antes Honecker hubiera impulsado las reformas pertinentes. Gorbachov, creando las condiciones que lo hicieron posible, y Honecker, al oponerse al menor cambio, fueron los artífices de la caída del Muro. La unificación, en cambio, ya fue obra casi personal de Gorbachov y Kohl. Una vez que la Unión Soviética aceptó que la Alemania unida permaneciese en la Alianza Atlántica, condición que Estados Unidos había exigido siempre, el mérito de Bush consistió en no oponerse, como le pedían Francia y Reino Unido.


Por qué cayó el Muro

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