lunes, 4 de enero de 2010

El Homo Habilis era cazador, no carroñero

Rosa M. Tristán EL MUNDO Madrid

Un equipo de paleontólogos españoles se ha hecho fuerte en la Garganta de Olduvai y sus alrededores, al norte de Tanzania. El lugar es conocido como la cuna de la humanidad, porque fue en esa falla africana donde los antepasados humanos dieron sus primeros pasos evolutivos. Y lo hicieron, según los expertos españoles, cazando grandes animales, cuya carne se convirtió en una parte fundamental de su dieta.

Según sus conclusiones, desde el principio, fabricábamos lanzas y compartíamos la comida con otros congéneres, lo que implica un grado de organización social.

Estos hallazgos, publicados en la revista 'Journal of Human Evolution' y más recientemente en un libro (financiado por el Ministerio de Cultura), han dado un vuelco a la hipótesis que había tomado fuerza y que defiende que los primeros humanos fueron carroñeros, que se aprovechaban de la caza de los grandes carnívoros porque no tenían suficiente inteligencia para luchar contra los peligrosos felinos.




El paleontólogo español, en el yacimiento de Tanzania. Manuel Domíguez-Rodrigo


La clave fue el análisis de filos de bifaces de piedra con el microscopio: tenían restos de madera, lo que significa que fueron lanzas. "Hasta ahora se consideraban solo piedras y nadie concebía que se cazara a pedradas un búfalo, cuyos restos habíamos encontrado en el yacimiento junto a las herramientas. La idea de que los humanos carroñeaban surgió en Estados Unidos, en un intento de dar una visión menos agresiva del ser humano. Pero si fuera así, en Peninj se habrían quedado siempre con los restos que no querían otros animales, es decir los peores, y lo que veíamos en el yacimiento eran piezas muy nutritivas", explica el paleontólogo.





Excavaciones en Olduvai. M.D.R.


Hace cuatro años, el equipo trasladó su trabajo a la Garganta de Olduvai, donde al principio tuvo muchos problemas con los investigadores norteamericanos, que trataron de boicotear su trabajo.

Pero lo descubierto en Olduvai, el lugar donde Mary Leakey se tropezó con los primeros restos de un 'Homo habilis', ha confirmado lo ya sospechaban: también allí hubo humanos que comían animales de más de una tonelada: hay fósiles de más de 20 búfalos 'pelovoris'. "Nos ha permitido constatar que hace 1,2 millones de años, los seres humanos empezaron a necesitar animales muy grandes porque la carne era fundamental en su dieta y para cazarlos necesitaban una estrategia, organizar la actividad de forma colectiva, lo que implica una mayor capacidad de comunicación verbal", apunta Domínguez-Rodrigo.


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